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VIH y tratamiento de fertilidad

Es importante diferenciar al VIH del Sida pues no es lo mismo, ser portador del Virus de la Inmunodeficiencia Humana o ser seropositivo, significa que se ha detectado la presencia del virus en el organismo y que se puede transmitir la enfermedad, pero que todavía esta no se ha desarrollado y puede tardar varios años, hasta entonces no presentas ningún síntoma de la enfermedad. Padecer SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), por el contrario, significa que ya ha desarrollado la enfermedad.

Gracias a los avances de los medicamentos contra el VIH altamente activos, la mayoría de las personas con VIH pueden llevar una vida sana y normal mientras controlan la enfermedad como cualquier otra enfermedad crónica. También pueden convertirse en padres.

El VIH afecta a la fertilidad

Son diferentes los mecanismos que involucran al VIH con problemas de fertilidad. El hombre infectado puede desarrollar alteraciones hormonales con efectos en el seminograma como por ejemplo una disminución de la motilidad y de la concentración espermática o alteración en la forma.

A nivel funcional se describe disminución de la libido e impotencia, disfunción eréctil y disfunción eyaculatoria hasta en un 60% de los pacientes.

En las mujeres seropositivas se ha descrito una reducción en la fecundabilidad hasta del 26% asociada a enfermedad sistémica, estrés y pérdida de peso que afectan a la función ovárica.

Gracias a que la reproducción asistida ofrece a parejas con VIH la oportunidad de convertirse en padres evitando el contagio y con una tasa de éxito elevada.

La mayoría de las parejas con VIH no tienen problemas reales de fertilidad y el tratamiento que se lleva a cabo es sólo para reducir al mínimo la posibilidad de contagio de la enfermedad.

Si el infectado por VIH es el hombre, se realizaría lo que se llama lavado seminal. Consiste en someter a la muestra a un procedimiento en laboratorio por el que se separan los espermatozoides móviles del resto de los componentes del semen con el fin de evitar los posibles virus del VIH contenidos en el líquido seminal.

Una vez separados, se vuelve a analizar la muestra y si no hay carga viral se pueden utilizar para una inseminación artificial o una fecundación in vitro según convenga.

Si el infectado por VIH es la mujer y no existe causa de esterilidad tras un estudio previo el procedimiento aconsejable es la inseminación artificial para evitar el contacto sexual sin protección.

Si son ambos los afectados por VIH, lo más aconsejable sería realizar la inseminación artificial, pero con semen lavado del varón.

VIH y embarazo

Los embarazos en mujeres positivas por VIH o con SIDA se consideran embarazos de alto riesgo por el peligro existente de transmitir el VIH al bebé en tres momentos:

-Durante el embarazo

-En el parto, especialmente si es un parto vaginal.

-Durante la lactancia

Durante el embarazo hay que mantener el tratamiento con antirretrovirales la mayoría de los cuales son seguros durante el embarazo, o administrar unas vacunas y otros tratamientos preventivos. Hay que hacer análisis de sangre periódicamente para controlar los niveles del VIH.

El VIH debe estar totalmente controlado o ser “no detectable”. Esto ayudará a reducir al mínimo el riesgo de contagio materno-fetal.

El parto vaginal puede exponer al bebé al VIH, en especial si este es detectable. Si ese es el caso se recomienda cesárea. Después del nacimiento, se administrarán medicamentos contra el VIH al recién nacido y se le harán exámenes y análisis de sangre con regularidad. En la mayoría de los casos, el diagnóstico de la infección por el VIH puede hacerse cuando el bebé tiene 3 meses. Dado que el VIH puede transmitirse por medio de la leche materna se recomienda alimentación con fórmula.

En los últimos años, la utilización de fármacos especiales para el VIH junto a pautas durante el desarrollo del feto y en el parto, han reducido en gran medida la posibilidad de transmisión del virus no sólo entre los progenitores sino también al bebé.

Es aconsejable, especialmente en el caso de la mujer, que presente un buen estado de salud y la enfermedad se encuentre en un estadio estable.

En conclusión, las técnicas de reproducción asistida son una buena opción para los pacientes infectados por VIH, que desean ser padres, es recomendable consultar con especialistas altamente capacitados en este tema y con una gran trayectoria. En Celagem puedes encontrar el acompañamiento médico que necesites para cumplir tu sueño de ser padre.

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